Barreras Vivas
Son hileras de plantas perennes y de crecimiento denso, sembradas a través de la pendiente, casi siempre en contorno. Su objetivo principal es reducir la velocidad de las aguas superficiales y retener las partículas de suelo y fijar las orillas de cauces torrenciales.
Las plantas que con mayor frecuencia se utilizan para el establecimiento de las barreras vivas son: El vetiver, el limoncillo y el pasto imperial.. Ninguna de las leguminosas es aconsejable como barrera viva. En todos los casos las plantas que se usen para este propósito, deben sembrarse al tresbolillo o en triángulo, distanciadas entre sí de 15 a 20 cm. La distancia entre barreras depende de la pendiente del terreno.
Establecer barreras con vetiver no es complicado; en pendientes requiere disponer dichas barreras a modo de curvas de nivel, se trata de unir los diferentes puntos de la zona que se encuentren a una misma altura. Es importante que el material sea fresco y de calidad certificada, hay que protegerlo del sol y mantener sus raíces en agua incluso durante el trabajo en el campo, se debe aplicar hidropol en la perforacion de plantación para favorecer el arraigo posterior. Para establecimiento rápido de barreras en zonas con gran pendiente, 10 cms es suficiente (aunque puede ser menos). Para zonas llanas, barreras visuales y cortavientos, se colocan los plantones (de uno a tres tallos) a distancias de entre 15 - 35 cms.
El grosor de la barrera depende de lo fuerte que se pretenda o del caudal que se estime debe resistir. Se suelen plantar de una a tres filas por barrera (separadas cada fila entre sí de 10 a 40 cm).
Presas de tierra - Jarillones: Son montículos de tierra dispuestos en cauces o zonas de gran erosión. La densidad de las plantaciones en estas presas debe de ser alta, con marcos de plantación en un orden de 10 x 10 o 10 x 15, para cubrir rápidamente toda la superficie.
Las barreras de vetiver tardan de seis meses a tres años en llegar a ser plenamente eficaces, dependiendo su efectividad de las condiciones climáticas, profundidad y calidad del suelo.
Época de siembra: Depende de múltiples factores, suelen preferir los inicios de las temporadas de lluvias. Pero puede darse el problema de ser arrastradas por la fuerza del agua, ya que se encuentran recién plantadas sin tiempo de enraizar. De todas formas siempre es necesario que el suelo esté húmedo. Se recomienda riego o lluvias como mínimo durante un mes.
Para establecer 100 metros de barrera se pueden emplear de 100 a 900 tallos, retoños o plantones a raíz desnuda. El costo es variable y depende de variantes lógicas: Coste de mano de obra, posibilidad de mecanización, accesibilidad, coste del material a plantar, necesidad de irrigación, abonos, etc. La labor de plantación suele consistir en efectuar un agujero con la ayuda de una barra de hierro afilado, pesada y maciza que se clava y se mueve ligeramente de un lado a otro antes de introducir el plantón. También se puede mecanizar con una máquina subsoladora o un arado.
En condiciones de precipitaciones escasas da buen resultado cavar o arar primero un surco, ancho y no excesivamente profundo y disponer HIDROPOL en el fondo del mismo con la técnica de la barra de hierro. En lugares difíciles o poco estables como pendientes pronunciadas, cursos de agua, etc. Es más recomendable emplear plantones de vetiver ya enraizados en vivero. Para asegurar el proceso de enraizamiento, se puede emplear bolsas o bandejas de germinación, pues así se logran plantones con un cepellón estrecho y afilado que resulta poco pesado, seguro y sencillo de manejar y de plantar siempre sobre una capa de HIDROPOL. De esta forma se obtiene un establecimiento de las barreras prácticamente de inmediato.